Nace la UCR

Por Lucia Alberti

El 26 de junio de 1891, nace el Partido Radical, que ya venía gestándose desde la masiva reunión del Jardín Florida, primero y de la convocatoria del Frontón luego. Si bien en la marcha posterior a la reunión, todos reafirmaban su vocación democrática, Mitre y Além, integrantes fundamentales de la Unión Cívica, venían marcando sus diferencias. El fervor de algunos, encabezados por Além, para utilizar la vía revolucionaria, marcaría el inicio del fin de la agrupación. Impacientes y hartos del gobierno de Juarez Celman, prepararían la que luego fue la Revolución de 1890, conocida como la Revolución del Parque de Artillería, la que marcó de modo indeleble, cuál sería el destino de ese bullicioso conglomerado de jóvenes inquietos y con ansias libertarias, que se atrevían a enfrentar al régimen encarnado en Juarez Celman.

A 130 años de aquella gesta que se constituiría en una estructura fundamental para el armado institucional de la República, la Unión Cívica Radical acumula éxitos y fracasos en su accionar. Considerado uno de los primeros partidos modernos, se ha convertido en el eje de la construcción republicana y democrática del país. Con un fuerte condimento krausista desde sus inicios, ha sido generador a su vez, de diversas corrientes políticas desprendidas de su seno-Se ha caracterizado por abrazar causas, en las que el ser humano y su bienestar fueran centrales. La autonomía de los pueblos, las libertades individuales y colectivas, el acceso irrestricto a la educación, el ascenso de la pequeña burguesía, el reconocimiento de la clase trabajadora y sus derechos laborales, la honestidad intelectual y la defensa de la justicia significaron grandes batallas merecedoras de ser ganadas.

En el presente, no goza de sus mejores momentos pero como ha sucedido en diversas oportunidades a lo largo de su rica historia, cobija en el interior la llama de la recuperación, como antorcha imprescindible para iluminar las mentes y los actos de quienes siguen creyendo en la política como herramienta transformadora. Porque el pueblo es merecedor de todos los sacrificios dirigenciales, para alcanzar su desarrollo y calidad de vida sin distinciones.. .