El informe de Save The Children muestra el grave riesgo de toda una generación. Bajo el lema “Protejamos a una generación - Save the Children, difundió los datos de un extenso informe.
El
17,3 % de éstos niños (398 mil) corresponde a América Latina y Caribe. Aunque los niños no corren un alto riesgo de daño directo del virus,
son desproporcionadamente afectados por
su confinamiento.
“La
pandemia de la Covid-19 ha tenido un impacto devastador en la educación de los
niños y las niñas de los entornos más pobres del mundo y está ampliando la
brecha entre la infancia rica y la infancia pobre. En los seis meses
transcurridos desde que el virus se declaró pandemia global, los niños y las
niñas más vulnerables han perdido rápidamente el acceso a la educación, la
atención médica y la alimentación, y también han sufrido los mayores riesgos de
contagio”
Así lo revela el último informe “Protect a Generation (Protejamos a una
generación)”, “para él que hemos hecho la mayor encuesta a nivel global
desde que se declaró la pandemia de la Covid-19. El estudio refleja que dos
tercios de los niños y las niñas en todo el mundo no tuvieron ningún contacto
con el profesorado durante el confinamiento y que ocho de cada diez alumnos
dicen haber aprendido poco o nada desde que cerraron las escuelas”.
El
informe también demuestra que el 93% de los hogares que perdieron más de la
mitad de sus ingresos debido a la pandemia y han
tenido dificultades para acceder a los servicios de salud. Del mismo modo, la
violencia reportada dentro del hogar se duplicó: durante el cierre de las
escuelas la tasa fue del 17% frente al 8% existente cuando el niño o la niña
acudía al centro educativo.
La encuesta también concluye que durante
este periodo al 63% de las niñas se les ha asignado con más frecuencia las
tareas domésticas, en comparación con el 43% de los niños.
“Ante estas cifras, desde Save the Children afirmamos que se necesita con urgencia una mayor inversión en educación, salud y nutrición, servicios de salud mental y redes de apoyo y seguridad para la infancia más vulnerable a nivel global. Debemos tomar medidas que protejan a los niños y las niñas con menos recursos de la crisis socioeconómica del coronavirus”, remata el informe.
Datos
a Nivel Mundial
Unos 25.000
niños, niñas y sus familias han compartido sus experiencias, temores y
esperanzas en la encuesta que hemos realizado durante esta crisis mundial sin
precedentes. Tras esta investigación, observamos como la pandemia ha ampliado las desigualdades previas
tanto en pobreza como en género: los hogares más pobres tienen más
probabilidades de sufrir pérdidas de ingresos (82%) que aquellos no
clasificados como tales (70%).
En lo que respecta a la salud, la encuesta
muestra una tendencia similar: el 45% de los niños, niñas y familiares
procedentes de hogares han afirmado tener problemas para pagar medicamentos durante
la pandemia. A nivel educativo, menos de un 1% de los niños y las niñas más
pobres encuestados tuvieron acceso a Internet para la educación a distancia
durante el confinamiento.
Alrededor del 37% de las familias con menos
recursos han declarado tener dificultades para pagar el material escolar y dos
tercios de los niños y las niñas dijeron que no tuvieron ningún contacto con
sus profesores y profesoras durante el confinamiento.
La infancia que tiene problemas de acceso a
la educación corre un mayor riesgo de abandonar la escuela por completo y, al
hacerlo, ser víctimas del trabajo infantil, el matrimonio infantil u otras
formas de explotación. La pandemia puede provocar la mayor emergencia educativa
de la historia: estimamos que casi 10 millones de niños y niñas no han
regresado a la escuela este año.
Mayor
desigualdad en Género
Nuestra encuesta demuestra que las niñas se
ven más afectadas que los niños por la pandemia de la Covid-19. El 63% de las
niñas aseguraron que están haciendo más tareas en casa y más de la mitad (52%)
explicaron que ahora dedica más tiempo a cuidar a sus hermanos o hermanas.
Entre los niños, ese porcentaje es del 43% y 42%, respectivamente. De esta
manera, el 20% de las niñas afirmaron que no habían aprendido nada durante el cierre
de las escuelas, en comparación con el 10% de los niños.
Para
reducir lo máximo posible los efectos de la Covid-19 en la infancia más
vulnerable, pedimos a los gobiernos que creen estructuras sólidas de seguridad
social y sistemas de salud y nutrición, especialmente para las familias más
vulnerables y marginadas. También consideramos que se necesitan con urgencia
recursos para los programas de crianza positiva, para garantizar que los niños
y las niñas tengan acceso a servicios de protección inclusivos.
Informe
Completo:
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