Opinión
Son muchas las construcciones sociales y culturales que a lo largo de la historia se instalan y se transforman en parte nuestra. Algunas no prosperan y se atascan en el tiempo de las diferencias, otras se tiñen de otros colores, otras trascienden a sus protagonistas y se convierten en verdaderas instituciones que con el tiempo toman vuelo propio. Éste último es el caso del Septiembre Musical Tucumano, el festival artístico musical más importante de la región, en el confluyen talentos y posibilidades de la misión de acercar la cultura, es el espacio generador por excelencia de nuestro propio patrimonio cultural.
Pronto esa idea, lanzada en
pleno 1960, prendió en la comunidad artística, la Universidad Nacional de
Tucumán por intermedio de su Rector Eugenio Flavio Virla y su Secretario de
Extensión Universitaria el Profesor Lázaro Barbieri. También encontró apoyo en la Municipalidad
de San Miguel de Tucumán, a cargo de Ramón Isauro Martínez y su Dirección de Cultura.
Se fueron sumando
instituciones adherentes y así tomó forma la Comisión Artística que tuvo a su
cargo la programación de la primera edición estaba integrada por Raúl
Albarracín (presidente del Consejo Provincial de Difusión Cultural), Mario
Magliani (Director del Conservatorio Provincial de Música), Luis Canz (Director
de Turismo), Alfredo Fénik (Director de Cultura de la Municipalidad
capitalina), Raúl Dorronzoro y Fraix (jefe del Departamento de Artes de la
UNT), Jean Constantinesco (Director de la Sinfónica de la UNT), Alberto Uzielli
(Decano de la Facultad de Filosofía y Letras), Lázaro Barbieri (Secretario de
Extensión Universitaria) y Mario Cognato (Director del Coro Universitario).
Gobernaba la provincia Celestino Gelsi.
Nótese especialmente la
fuerte participación de la Universidad Nacional de Tucumán, tal vez por la afinidad política en los albores del Septiembre y la
sinergia proyectada con el gobierno tucumano. Rastros de un pasado en el que
las cosas se hacían de otra manera.
En la Declaración Inaugural
del Primer Septiembre se aspiraba a un festival “que proporcione a creadores,
intérpretes, crítica y público la oportunidad anual de un encuentro en una
ciudad, donde la música es una presencia antigua y querida. Una expresión de
cordialidad y entendimiento entre los pueblos-de ahí su carácter internacional-,
que acentuaremos en años sucesivos, al amparo de la leal amistad argentina
hacia los pueblos amigos en todas las manifestaciones de su vida".
Inspirado en el Maggio Musicale Fiorentino, el Setiembre
Musical estuvo dedicado en un principio a la música académica sinfónica, de
cámara y coral, pero con el correr de los años fue sumando disciplinas como el
ballet, la ópera, el jazz y géneros populares como el folklore, el tango, el
rock y el pop.
Entre los objetivos de
aquella primera edición figuraba que, además de los artistas, se convocara a
críticos y estudiosos de la música. Entonces se organizaron conferencias
individuales y mesas panel, que permitieron al público tucumano escuchar a Jorge D'Urbano, Enzo Valenti Ferro, Leopoldo Hurtado y Rodolfo Arizaga; así como a los
pedagogos musicales Emma Garmendia
y Efraín Paesky; y al gran
pianista argentino Antonio De Raco.
Los expertos analizaron la situación de la música en América Latina. A la hora
de la música, el público se entusiasmó con la presentación del violinista
israelí Zvi Zeitlin, de la
pianista uruguaya María Mercedes Luna
y de la soprano María Teresa Garzón
Savid.
El Septiembre se convirtió
en una cita cultural y social anhelada a medida que iba recibiendo, en las
sucesivas ediciones, a artistas como el hindú Ravi Shankar, Duke Ellington el
Cuarteto de Tokio, el virtuoso violinista ruso Boris Belkin, la Camerata
Bariloche, Astor Piazzolla, Mercedes Sosa, los pianistas Bruno Gelber, Martha
Argerich, Miguel Ángel Estrella, Sylvia Kersenbaum y Pia Sebastiani, Les
Luthiers, el New York Quartet, la Porteña Jazz Band, el Coro de Niños Cantores
de Viena, la orquesta de Mariano Mores entre muchas otras figuras.
Nuevos aires vienen, cambian
las circunstancias y se renuevan los impulsos, hoy cumple 60 años el festival y
el Ente Cultural Tucumán, hoy a cargo de Dr. Martín Ruíz Torres, que apuesta a seguir en
esta misión convertida en inexorable y necesaria. “Se ha presentado como un
desafío para nosotros como institución organizarlo, convencidos de que hoy
más que nunca la cultura tenía que estar
presente en el hogar de los tucumanos, como una herramienta que seguramente nos
va a ayudar a superar la crisis que nos atraviesa como sociedad” nos cuenta
Ruiz Torrez en la audición radial “Nos
dijo a contramano” por FM MIX 106.5.
“Este septiembre tendrá dos características principales, la primera
darle trabajo a los artistas tucumanos, con la participación de más de 400 músicos
y bailarines en siete escenarios
virtuales, y por otro lado darle un carácter solidario con la participación de
organizaciones civiles y sociales de bien público - como CARITAS, FAI , FANN,
el Cotolengo Don Orione, entre otras, que serán receptores directos de
donaciones a través de las plataformas virtuales” , completa el Presidente del
Ente Cultural Tucumán.
Muchos éxitos, Tucumanos.
Por Lola Rawson
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