Santa Fe fue pionera en el sufragio femenino junto a la provincia de San Juan. En las elecciones municipales de 1934 en la ciudad de Santa Fe las mujeres votaron por primera vez. El Proyecto Soler.
Un
congreso que dio que hablar
Como parte de los actos de homenaje al
Centenario de la Revolución de Mayo, entre el 18 y 23 de mayo de 1910, se
efectuó en Buenos Aires el Primer Congreso Femenino Internacional. Este
Congreso, que llevó dos años de preparativos, fue presidido por la Dra. Cecilia
Grierson y la Dra. Julieta Lanteri, que actuó como secretaria general. Esta
última era también médica y farmacéutica; como había nacido en Italia fue una
de las primeras mujeres que obtuvo la carta de ciudadanía, fundó el Partido
Feminista Nacional y fue candidata a Diputada en 1919.
A este Congreso -que tenía como principal objetivo establecer lazos de unión entre todas las mujeres del mundo y modificar prejuicios tratando de mejorar la situación social de muchas mujeres-, asistieron celebridades de la época como la condesa de Pardo Bazán, María Curie, María Montessori, Ellen Key, entre otras. Contaron con 185 adherentes entre personas e instituciones, destacándose las delegaciones chilena, paraguaya, uruguaya y de varios países europeos. Entre se debatieron en el congreso destacamos: la lucha de los sexos, la mujer obrera, la prostitución, derechos políticos y civiles femeninos y la mujer en la medicina, entre otros.
La importancia que cobró este Congreso la
resume una de las disertantes que dijo: “En su programa ha dado cabida a todos
los asuntos de interés humano y para proponerlos no se necesita estar afiliado
a ninguna secta determinada, ni profesar ningún credo, no es católico, ni
liberal, ni socialista, ni conservador; no persigue reivindicaciones violentas
ni pretende cambiar radicalmente el orden establecido; es simplemente femenino”.
Las
luchas de las primeras sufragistas
Julieta Lanteri fue la secretaria del
Primer Congreso Femenino Internacional de mayo de 1910, ésta mujer luchadora,
fue pionera del sufragio femenino y precursora de las luchas por los derechos
de las mujeres en el país. Nacida en el pueblo de Cuneon, Italia, en 1873,
llegó al país con sus padres a los 6 años y se afincaron en la recién fundada
ciudad de La Plata.
Se puede decir que las dos primeras
batallas que ganó fueron: graduarse de médica pese a los obstáculos de la época
(fue la quinta médica en el país) y obtener la ciudadanía cuando no había
igualdad de derechos para las mujeres y fue la primera mujer en votar en el
país. Al parecer procedió así: el 16 de julio de 1911, en ocasión de elecciones
municipales, fue a inscribirse en el padrón electoral de la ciudad. Lanteri
mostró su carta de ciudadanía y una copia de la ley electoral que indicaba
diversas condiciones que ella cumplía totalmente y nadie le pudo negar la
inscripción y el 23 de noviembre de 1911, Lanteri votó en San Juan,
convirtiéndose en la primera mujer en sufragar del país. Hacia 1919 Lanteri
descubrió que el padrón que le había permitido votar ya no estaba vigente; ni
siquiera la Ley Sáenz Peña de 1912 permitía el sufragio femenino; ese mismo año
fundó el Partido Feminista Nacional organizando junto a las socialistas
porteñas los importantes simulacros de votación de 1920.
El
simulacro
A fines del siglo XIX comenzó la lucha de las sufragistas y para 1920 se habían concretado muchas acciones. En 1905 la Dra. Elvira Rawson de Dellepiane (destacada en la histórica Revolución del Parque que le valió la medalla de oro entregada por el propio Leandro Alem) fundó el Centro Feminista y en 1907 la Comisión Pro Sufragio Femenino. En 1909 Elvira fundó la Asociación Pro-Derechos de la Mujer, junto con Adelina Di Carlo, Emma Day y Alfonsina Storni entre otras, llegando a reunir once mil afiliadas, por último el mencionado Partido Feminista Nacional organizó el simulacro de votación el 7 de marzo de 1920.
Se presentaron como candidatas Alicia Moreau de Justo por el Partido Socialista; Elvira Rawson de Dellepiane de la Unión Cívica Radical, y Julieta Lanteri por el Partido Feminista Nacional; votaron al parecer más de 4.000 mujeres y obtuvieron la mayor cantidad de sufragios Alicia Moreau de Justo y Julieta Lanteri (que solventó campañas electorales con su propio dinero hasta casi arruinarse). Estos simulacros se realizaron con el objetivo de crear conciencia en la opinión pública, que se resistía en ciertos sectores a otorgar el voto femenino por considerar a la mujer no capacitada ya que tampoco podía firmar contratos ni heredar. Ser mujer en ese entonces, respecto de los derechos y lo legal, era casi equivalente a ser un niño o menor de edad.
San
Juan y Santa Fe fueron “pioneras”
Cuando uno rastrea los diferentes proyectos
presentados en el Congreso para lograr el voto femenino, el primer proyecto en
nuestro país pertenece al diputado de la Unión Cívica Radical Rogelio Araya que fue presentado el 25 de
julio de 1919. Luego hubo otros proyectos de diputados y senadores de
diferentes partidos políticos.
En realidad ese derecho tardó en llegar a
la Argentina desde el punto de vista internacional en verdad no fuimos un país
de avanzada con respecto a otras naciones, ya que otros países habían
sancionado el voto femenino: Nueva Zelanda (1893), Australia (1902), Finlandia
(1906), Noruega (1913), Gran Bretaña (1918), Italia (1919), Estados Unidos (1920)”.
En nuestra región, Uruguay fue un adelantado, las mujeres pudieron votar en
1932 al igual que en Brasil.
Pero lo interesante y poco conocido es el
hecho de que San Juan y Santa Fe fueron provincias “pioneras” por breve tiempo,
ya que las mujeres pudieron votar más de una década antes de la aprobación del
voto femenino en el país.
Y sucedió así: en 1927 el legítimo
gobernador de San Juan, Don Aldo Cantoni, fundador del Partido Bloquista
sancionó una nueva Constitución Provincial que le dio habilitación a las
mujeres para votar, 20 años antes de establecerse definitivamente el voto
femenino; en 1927 la provincia de San Juan fue el primer distrito que le dio
responsabilidad cívica a las mujeres aunque no a nivel nacional. Previa
inscripción en un padrón, las sanjuaninas votaron por primera vez en 1928 en
elecciones municipales y hasta lograron elegir a una mujer como delegada de un
municipio. Esta iniciativa revolucionaria se frustró con el golpe de 1930, para
volver a tomar vigor veintiún años después.
Por otro lado en las elecciones municipales
de 1934 en la provincia de Santa Fe las mujeres votaron por primera vez. Fue un acto único, ya que la Constitución
Provincial de 1921 que incluía en los padrones electorales a extranjeros y
mujeres tuvo corta vigencia: duró lo mismo que la gobernación del demócrata
progresista Luciano Molinas entre 1931-1935. Dice el historiador Miguel de
Marco “El plan de gobierno del Partido Demócrata Progresista conformaba un
núcleo serio y orgánico, de metas claras y profundamente transformadoras que de
haberse llevado a cabo hubieran generado el surgimiento de una nueva provincia
citamos como ejemplo el sufragio universal para ambos sexos”.
La
campaña de 1946 y el proyecto Soler
Una lluvia de telegramas con un sin fin de
remitentes llegaban diariamente a los despachos de los diputados y senadores
nacionales de aquel entonces. Eran personas, organizaciones sociales y grupos
partidarios que solicitaban la aprobación de la ley del voto femenino. Las
mujeres organizadas empapelaban las ciudades bajo el lema “la mujer puede y
debe votar”.
El autor del proyecto fue el senador por
Mendoza, Lorenzo Soler, miembro de la Unión Cívica Radical
El proyecto fue intensamente discutido en
la Comisión de Negocios Constitucionales. El texto de Soler reconocía una
igualdad completa de derechos y obligaciones para mujeres y varones en todos
los campos de la vida, política, cultural, educativa y social. Soler sostenía
que las cuestiones entre hombres y mujeres debían entenderse a partir del concepto
de "diferencia" -adelantándose dos décadas al feminismo de la
diferencia-, que no era incompatible con el reclamo de igualdad entre personas
de diferentes sexos. En el debate de comisión, recurrió a sus conocimientos
como médico para rechazar los argumentos biologicistas de la época que
presentaban a las mujeres como más débiles e incluso inferiores que los hombres
en algunos aspectos. Sostuvo que las desigualdades entre hombres y mujeres,
como las salariales, tenían causas sociales que debían ser removidas. Y
afirmaba que la situación en que se encontraban las mujeres se acercaba a la
esclavitud. Otros senadores participaron del debate apoyando la postura de
Soler, como Alberto Durand, que dio ejemplos que evidenciaban la igualdad
sustancial entre ambos sexos y desmintió con datos precisos las afirmaciones
“menos científicas” sostenidas en el debate, y Felipe Gómez del Junco, que
refutó declaraciones supuestamente basadas en la biología, que intentaban
presentar a las mujeres como personas con capacidad intelectual disminuida,
asimiladas a los menores de edad.
Para Soler un régimen que marginaba a las
mujeres, no era un régimen democrático: “¿Cómo podemos decir que somos
profundamente democráticos si estamos negando a la mitad del pueblo, traducida
en el sector femenino, la facultad y el derecho de participar en la vida
integral de la democracia? Jamás podrá haber un pueblo democrático si no se
incorpora a la otra mitad del género humano a la expresión de su libre
voluntad.”
El 21 de agosto de 1946 el proyecto fue
aprobado por la Cámara Senadores, para que el 9 de septiembre del año siguiente
hiciera lo propio la Cámara de Diputados, luego de un maratónico debate. Días
más tarde, el 23 de septiembre de 1947, se promulgó la Ley 13010.
Perón y Duarte, se apoderaron del discurso y de su “autoría”, queriendo arrebatar la conquista al
movimiento feminista. Lamentable.
El sufragio se estrenó recién en 1951.
Fuentes
Landaburú y otros, “Cecilia Grierson y el
1º Congreso Femenino Internacional”,
Todo es Historia, Nº 183, agosto 1982.
Valenzuela Diego “Enigmas de la historia
argentina” Sudamer.
“Historia de Santa Fe” Miguel De Marco
Archivo Senado de la Nación
Recopilación: LR
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