Bernardo Houssay, el argentino que revolucionó el tratamiento de la diabetes (y fue el primer latinoamericano en ganar un Nobel en Ciencias)
Veronica Smink, BBC News Mundo, Buenos Aires
En
los años '40, cuando ganó el premio Nobel, Houssay era celebrado en todo el
mundo... excepto en su país, donde el peronismo lo condenó al ostracismo.
Bernardo Houssay es famoso por ser el primer latinoamericano que
ganó un Nobel de Medicina, en 1947. Pero un dato menos conocido es que además
fue un niño genio.
Se
graduó del colegio a los 13 años, y no de cualquier colegio: del Nacional de
Buenos Aires, unas de las instituciones educativas más prestigiosas y exigentes
de la capital argentina.
Fue
el primero de su familia en estudiar en Argentina: sus padres franceses, que se
habían instalado en Buenos Aires en 1886, enviaron a sus tres hijos mayores a
estudiar a Francia. No contentos con los resultados, decidieron educar a su
cuarto hijo en su nueva ciudad adoptiva.
La
familia del premiado médico reveló que, tras recibirse, no pudo cumplir con su
anhelo de estudiar Medicina ya que, con solo 14 años, era demasiado
joven para anotarse en la carrera.
En
vez, se inscribió en la Escuela de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de
Buenos Aires (UBA) y tardó solo tres años en graduarse.
Recién ahí pudo embarcarse en la carrera de Medicina, recibiéndose como médico a los 23.
Pero
incluso antes de terminar sus estudios, Houssay ya había dado sus primeros
pasos en las otras dos áreas en las que se destacaría: la docencia y la
investigación.
Con solo 21 años, fue designado profesor de Fisiología de la UBA, convirtiéndose en
uno de los primeros profesores de esta rama científica en el país.
Houssay fue uno de los profesores más destacados que tuvo la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y fue uno de los principales defensores de la UBA. |
Dos
décadas más tarde, en 1919, dirigiría el Instituto de Fisiología de la UBA,
desde donde realizó los trabajos que le dieron fama internacional.
¿Qué descubrió Houssay?
Fue
uno de los primeros científicos en entender qué causa la diabetes, un trastorno
caracterizado por un nivel demasiado alto de glucosa en la sangre.
Hoy
la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera a la enfermedad una
pandemia, ya que afecta a más de 420 millones de personas en todo el mundo.
A
comienzos del siglo XX ya se sabía que estaba relacionada con la falta de
insulina, pero no se entendía qué causaba ese proceso.
En
esa época el enfoque científico estaba puesto en cómo crear insulina para
ayudar a los pacientes.
En
1921 dos médicos canadienses, Frederick Banting y Charles Best, consiguieron
aislar la insulina y junto con otros expertos lograron purificar insulina
obtenida de páncreas bovinos. Por esto, obtuvieron el Premio Nobel en 1923.
Ese
mismo año, Houssay tuvo acceso a la investigación canadiense y pudo
purificar insulina en Buenos Aires, lográndolo incluso antes de que lo hicieran
científicos en Europa.
Pero
su aporte más grande al tratamiento de la diabetes llegaría después,
cuando fue el primero en asociar la enfermedad con la glándula
pituitaria, también conocida como hipófisis.
Observó
que sus pacientes diabéticos tenían una glándula pituitaria hiperactiva. Fue
así como dedujo que las hormonas que produce esta glándula debían ser
responsables de regular los niveles de azúcar en sangre.
Houssay fue el primer que entendió el rol que juegan las hormonas secretadas por la glándula pituitaria en el desarrollo de la diabetes.
Experimentando
en perros y ranas, entendió cómo interactúan la glándula pituitaria y
el páncreas para regular el metabolismo de la glucosa.
Y
postuló que equilibrando estas hormonas sería posible controlar la diabetes.
Sus
hallazgos le valdrían muchos reconocimientos, el mayor de ellos el Premio Nobel
de Medicina, que compartiría en 1947 con una pareja de científicos checoslovacos
nacionalizados estadounidenses, Gerty y Carl Cori, quienes también hicieron
importantes aportes al tratamiento de la diabetes.
Perseguido político
Pero
si bien hoy las autoridades argentinas recuerdan con orgullo a su primer Nobel
científico -hay varios hospitales, plazas y calles que llevan su nombre- las
cosas eran muy distintas en 1947.
Durante
esa época regía el peronismo, cuyo líder, Juan Domingo Perón, no
ocultaba su simpatía por el fascismo europeo.
Esto
lo enfrentaba con Houssay, un abierto defensor de la causa aliada.
Estas
diferencias llevaron a que el médico fuera separado de su cargo en la
UBA por más de una década. Recién pudo volver a dirigir el Instituto de
Fisiología en 1955, cuando Perón fue derrocado a través de un golpe de Estado.
Pero
la persecución no hizo que Houssay bajara los brazos. Por el contrario: en 1944
fundó en forma privada el Instituto de Biología y Medicina Experimental
(Ibyme), desde donde continuó con su tarea investigativa.
Cuando el peronismo lo excluyó de la UBA, Houssay fundó un laboratorio privado: el el Instituto de Biología y Medicina Experimental (Ibyme), que hoy sigue funcionando.
El Ibyme, al mando de Houssay, hizo importantes aportes a la
ciencia, y no solo en
relación a la diabetes. También en las áreas de endocrinología, nutrición,
farmacología, patología experimental, glándulas suprarrenales, páncreas e
hipertensión.
Fue
también en esta época que Houssay escribió su obra más relevante:
"Fisiología humana", publicada en 1945, que obtuvo reconocimiento
mundial.
Pero
a pesar de todos los elogios que recibía fuera de Argentina, en su país
era un desconocido.
"El
gobierno de Perón controlaba a los medios y cuando Houssay ganó el
Nobel, la noticia apenas salió en un par de reglones en un diario", le
contó a BBC Mundo la actual directora del Ibyme, la doctora Damasia Becu.
Sembrando conocimiento
A
pesar de que al premiado Houssay le llovían las ofertas de trabajo de otras
partes del mundo, siempre se quedó en Argentina. Y no solo eso, fue uno
de los principales impulsores de la ciencia local.
No
sólo hizo aportes personales. También formó a cientos de discípulos que
hicieron que la Fisiología fuera uno de los campos más desarrollados de la
medicina argentina.
En
tanto, ayudó a muchos otros científicos a desarrollar su carrera. Uno
de ellos fue Luis Leloir, el médico y bioquímico argentino que también
obtendría un Nobel (en su caso, de Química) en 1970.
Leloir
trabajó con Houssay en el Instituto de Fisiología y fue él quien dirigió su
tesis doctoral acerca de las glándulas suprarrenales y el metabolismo de los
hidratos de carbono, que luego le darían reconocimiento internacional.
Leloir, uno de los discípulos de Houssay, que ganaría el Nobel en Química en 1970, colaboró con él en el tratado "Fisiología humana" (1945), que tuvo reconocimiento mundial.
Incluso
hoy la ciencia argentina sigue cosechando lo que sembró Houssay: el
principal "pulmón" científico del país, el Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), fue fundado por
el nobel, quien además fue su primer presidente.
"Houssay
fue un gran gestor de la ciencia. Él decía que un investigador debía dedicarse
a tiempo completo a investigar y creó, a través del Conicet, la carrera del
investigador full time", cuenta Becu.
Ese,
quizás incluso más que su Premio Nobel, es el mayor legado que le dejó a su
país.
fuente:https://www.bbc.com/mundo/noticias-49693723
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