Cristina y Mauricio en el País de las Maravillas...


 ...al menos eso trasuntan cuando se los escucha y cuando muestran cómo operan en una república castigada, devastada por ellos y sus séquitos. Ambos actúan y viven entre los monstruos que generan, sin importarles más allá de su propio ombligo, además de lo que gira y quienes giran en torno a los mismos. No puede entenderse de otra manera la actuación que llevan adelante. Prometen a cada  sector del imaginario colectivo, el panorama idílico que sus propias deformaciones sustentan.

La señora en su cruzada contra su propio gobierno, por que qué otra cosa es Fernández y el señor usando el bisturí de su lengua para acicatear al oficialismo o a sus socios.
Quizá lo más apropiado que una pueda imaginarse, es un matrimonio de conveniencia mutua, entre ellos. Porque cada cual a su manera destroza lo que pisan, como Atila y los hunos. Si sus gobiernos hubiesen sido exitosos, como pretenden hacer creer, no atravesaríamos la situación actual. Inflación imparable, PBI en descenso, dólar astronómico, brutal disminución del poder adquisitivo, que llega a niveles superiores al 2001, decrecimiento del desarrollo y políticas económicas erráticas.
Desde la gestión k, hasta hoy el tobogán hacia el subsuelo, es la angustia diaria de la mayoría de los habitantes de Argentina, lo cual provoca divisiones sociales de alto impacto, rencores peligrosos, miedos que paralizan. La coptación de organismos de DDHH hecha por el kirchnerismo es otra muestra palpable de las incongruencias, porque su gobierno ha funcionado y sigue funcionando en simultáneo, con la pérdida de derechos básicos. Miremos el crecimiento de los NiNi, los 12 millones de familias que dependen de planes para  subsistir de forma precaria, las deserciones escolares, el aumento de la inseguridad…La onerosa deuda externa del gobierno de Cristina y luego el engorde de la misma generado por Mauricio.
La pregunta que muchos nos hacemos, es a qué escuela política responden estos dos personajes? Si analizamos, CFK tiene una acendrado apego a la cultura del pobrismo (ajeno), implementando para sostenerla, un populismo que puede ser para la derecha o la izquierda según sople el viento y le asegure una masa crítica para sus designios. Macri no entiende que es la política. Decir que Yrigoyen inauguró el populismo en Argentina, es plasmar su ignorancia funcional, aunque si, demostró ser astuto aprovechador serial. Gualeguaychú es el típico ejemplo. Antes se servía de la UCR, ahora lo entusiasma el emergente libertario, que es como un fenómeno de circo antiguo, atrae por sus deformaciones, en este caso, ideológicas.
El panorama aparece demoledor, para cualquier iniciativa coherente que se pueda intentar, con el agravante que, el resto de la política también anda desorientada. Así el conjunto se pasa las 24 hs viendo cómo sobrevive y la comunidad se convierte en espectadora pasiva del desastre. Pero no todo está perdido. La renovación de los cuadros en la política, con gente pensante, estudiosa que analice y trabaje para  sacar del atolladero a nuestro país, que se dedique a paliar los sufrimientos sociales, puede lograr un giro Copérnico hacia la esperanza de vivir en una Argentina mejor.


por Lucia Alberti



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