Dia del Medio Ambiente: SIN LICENCIA SOCIAL NO HABRÁ PAZ SOCIAL NI FUTURO AMBIENTAL


En el Día del Ambiente, no hay nada que festejar en la Argentina (y muy poco en el mundo). 

Estamos desde hace años en momentos de definición de los que va a depender el futuro de generaciones enteras (y no solo de nuestra especie). 

Y en nuestro país en particular, el único consenso, el único acuerdo que se puede encontrar en una sociedad agrietada deliberadamente durante años, es un doble (o triple) consenso que espanta a cualquier persona que haya tomado conciencia del drama ambiental global, que es de toda la civilización que hemos construido, pues sus patas son las formas en que producimos energía y alimentos (principales causantes del cambio climático). 

Y ese consenso (entre las élites dirigentes, por supuesto, porque también coinciden en que el pueblo, la gente, nosotres, no estamos en condiciones de participar de ese tipo de discusiones), el único consenso de estas dirigencias, de la fuerza política que sea, es que nos salvarán las dos (o tres) "vacas sagradas" que agitan como quimeras grandilocuentes: el fracking para seguir extrayendo fósiles en Vaca Muerta, y las commodities en base a agroquímicos o minería. 

Es decir: lo que nos salvará (supuestamente) del desastre social local en que estamos, será aumentar nuestra contribución al desastre ambiental planetario en que estamos. 

Un espantoso consenso que nos condena: para salvarnos hoy, arruinar por completo el futuro. 

Por eso no hay nada que festejar en el Día del Ambiente, y la única esperanza que, personalmente, aliento es insistir en la licencia social, es decir obligarlos a que nos consulten, a que no puedan decidir sin nosotros. 

Es el único freno por ahora, a la irresponsabilidad ontológica de los poderosos, al consenso único que nos condena a nosotres y a nuestra posteridad.

En el Día del Ambiente, a insistir entonces: sin licencia social no habrá paz social ni futuro ambiental.

Por Americo Yuarman


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