Día del orgullo LGBTIQ+: "Un año más conquistando derechos"

 Una gran parte de la sociedad y de las organizaciones también se suman a reconocer, a rememorar y a recordar que aún las personas LGBTIQ+ son víctimas de persecución y discriminación.

Por Luis Etchenique*



Hace más de un año, Higui fue violada por un grupo de varones que la atacó en un claro intento de lo que se conoce como “violencia correctiva”. “Te voy a hacer sentir mujer, forra lesbiana”, le decía su agresor.

 Hace más de un año que Roberto –Tito– Costilla disfrutaba dando clases de baile en su ciudad de Salta. Hoy no puede hacer lo que le gusta; le quebraron una pierna.

 Hace más de un año Samuel trabajaba como técnico de enfermería mientras estudiaba para profesionalizarse como protésico dental. Hoy no estudia más; lo mataron a golpes a la salida de un boliche en la Coruña, España.

 Hace más de un año Nadia Echazú, junto a Lohana Berkins, comenzaron a pensar y trazar los primeros esbozos de la cooperativa-escuela que años después abrirían en Avellaneda para que la comunidad trans saliera de la marginalidad y el trabajo sexual, y tuvieran acceso a una vida más digna. Hoy la escuela lleva su nombre. Nadia no pudo disfrutar su logro, había muerto tres años antes.

Hoy conmemoramos a cada uno de ellas y ellos. Recordamos su lucha y su compromiso que, en algunos casos, los llevaron hasta a dar la vida. Hoy luego de tanta persecución, abuso, opresión y cercenamiento de derechos, en el mes del Orgullo, y principalmente hoy 28 de junio, momento histórico, recordamos y conmemoramos los episodios de Stonewall, como noches históricas donde los derechos de la comunidad LGBTIQ+ comenzaron a tomar sentido, con una toma de conciencia de que también las personas LGBTIQ+ pueden amar, sentir, trabajar, gozar, disfrutar.

Es así que al mes de junio lo conocemos como el mes de la recuperación de los derechos LGBTIQ+, donde celebramos porque estamos disfrutando y recuperando nuestros derechos que alguna vez fueron cercenados, fueron arrebatados, situación que en muchos casos sigue aún vigente.

Un mes donde expresamos con más fuerza, con más ahínco y menos vergüenza nuestros deseos de amar, nuestra sexualidad, viviendo con la misma dignidad que todas las personas lo hacen y lo deben hacer.

Junio, un mes donde más nos enfocamos, una gran parte de la sociedad y de las organizaciones también se suman a reconocer, a rememorar, a recordar que aún las personas LGBTIQ+ son víctimas de persecución y discriminación.

Entonces cuando te preguntan por qué el orgullo, recordá y expresá: orgullo de poder ser vos, de poder ser yo, orgullo de poder manifestar tu sentir, mi sentir, como también estar orgullosos de todos y todas los que día a día luchan, se manifiestan, expresan su deseo de amar y sentir, como de ejercer y disfrutar su derecho a ser diferente.

 Porque aun las situaciones de discriminación por la orientación sexual y/o la identidad de género siguen aconteciendo en las organizaciones. Y me pregunto cómo se puede ser genuino en el trabajo si no se es genuino con uno mismo; cómo poder ser feliz en el trabajo si no se puede ser uno mismo. Por eso, cuando celebramos el mes del orgullo tengamos presente ser uno mismo, porque si el otro piensa, disfruta, ama distinto a vos, no es tu contrario, es tu aliado y, como vos, halla en la libertad su plenitud, nuestra plenitud. Y nuestra plenitud la encontramos en el derecho, en el privilegio de ser libres, porque cuando perdemos ese derecho, perdemos nuestra libertad. 

Libertad que perdió Sergio Urrego, víctima de homofobia. Hace más de un año que Sergio nos dijo: “Mi sexualidad  no es mi pecado, es mi propio paraíso”.

 

* Luis Etchenique. Psicólogo. Consultor Sr. de Whalecom, especializado en diversidad, equidad e inclusión.


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La bandera del arcoíris tiene su origen en 1978, como reivindicación del movimiento homosexual en Estados Unidos, aunque con el correr de los años se extendió a toda la comunidad LGBT+. La bandera del orgullo, como muchos la llaman, fue creada por el estadounidense Gilbert Baker. El artista se inspiró en el primer funcionario público abiertamente gay de su país, Harvey Milk; y en la canción “Somewhere over the Rainbow” de Judy Garland. Baker logró crear un único símbolo para que la comunidad gay pudiera presumir con orgullo quienes son. 

En un principio la bandera LGBT+ incluía ocho franjas de colores, pero por los inconvenientes de producción se decidió suprimir el rosa y el turquesa. La versión actual consiste en seis franjas de colores: rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta, que reproducen el orden de los colores del arcoíris.

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