Una gran parte de la sociedad y de las organizaciones también se suman a reconocer, a rememorar y a recordar que aún las personas LGBTIQ+ son víctimas de persecución y discriminación.
Por Luis Etchenique*
Hace más de un año, Higui fue violada por un grupo de varones que la atacó en un claro intento de lo que se conoce como “violencia correctiva”. “Te voy a hacer sentir mujer, forra lesbiana”, le decía su agresor.
Hoy conmemoramos a cada uno de ellas y ellos. Recordamos su lucha y su compromiso que, en algunos casos, los llevaron hasta a dar la vida. Hoy luego de tanta persecución, abuso, opresión y cercenamiento de derechos, en el mes del Orgullo, y principalmente hoy 28 de junio, momento histórico, recordamos y conmemoramos los episodios de Stonewall, como noches históricas donde los derechos de la comunidad LGBTIQ+ comenzaron a tomar sentido, con una toma de conciencia de que también las personas LGBTIQ+ pueden amar, sentir, trabajar, gozar, disfrutar.
Es así que al mes de junio lo conocemos como el mes de la recuperación de los derechos LGBTIQ+, donde celebramos porque estamos disfrutando y recuperando nuestros derechos que alguna vez fueron cercenados, fueron arrebatados, situación que en muchos casos sigue aún vigente.
Un mes donde expresamos con más fuerza, con más ahínco y menos vergüenza nuestros deseos de amar, nuestra sexualidad, viviendo con la misma dignidad que todas las personas lo hacen y lo deben hacer.
Junio, un mes donde más nos enfocamos, una gran parte de la
sociedad y de las organizaciones también se suman a reconocer, a rememorar, a
recordar que aún las personas LGBTIQ+ son víctimas de persecución y
discriminación.
Entonces cuando te preguntan por qué el orgullo, recordá y expresá: orgullo de poder ser vos, de poder ser yo, orgullo de poder manifestar tu sentir, mi sentir, como también estar orgullosos de todos y todas los que día a día luchan, se manifiestan, expresan su deseo de amar y sentir, como de ejercer y disfrutar su derecho a ser diferente.
Libertad que perdió Sergio Urrego, víctima de homofobia.
Hace más de un año que Sergio nos dijo: “Mi sexualidad no es mi pecado, es mi propio paraíso”.
* Luis Etchenique. Psicólogo. Consultor Sr. de Whalecom,
especializado en diversidad, equidad e inclusión.
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La bandera del arcoíris tiene su origen en 1978, como
reivindicación del movimiento homosexual en Estados Unidos, aunque con el
correr de los años se extendió a toda la comunidad LGBT+. La bandera del
orgullo, como muchos la llaman, fue creada por el estadounidense Gilbert Baker.
El artista se inspiró en el primer funcionario público abiertamente gay de su
país, Harvey Milk; y en la canción “Somewhere over the Rainbow” de Judy
Garland. Baker logró crear un único símbolo para que la comunidad gay pudiera
presumir con orgullo quienes son.
En un principio la bandera LGBT+ incluía ocho franjas de colores, pero por los inconvenientes de producción se decidió suprimir el rosa y el turquesa. La versión actual consiste en seis franjas de colores: rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta, que reproducen el orden de los colores del arcoíris.
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