Vale la pena acercarse a la vida de Moisés Lebensohn por la fuerza de sus ideas, sus convicciones y la energía puesta para transmitirlas con sentimiento y capacidad didáctica.
Lebensohn fue un gran
idealista para quien la libertad y la democracia eran esenciales, pero jamás
debían olvidarse los derechos de los desposeídos a educación, salud y vivienda.
Fue un hombre abierto que
supo cultivar amistades en otras fuerzas políticas y denunció siempre a los
dirigentes de su partido preocupados por el poder a cualquier precio sin pensar
seriamente en los problemas fundamentales del país, las necesidades del pueblo
y en lograr su apoyo sin dádivas ni humillaciones, respetándolo en su dignidad.
Moisés Lebensohn |
Lebensohn tomaba posición sin
fijarse a quien incomodaba ni qué intereses afectaba. Condenó con insistencia y
sólidos argumentos al franquismo español, el fraude de la década del treinta en
nuestro país, el fascismo en la Segunda Guerra Mundial y los abusos de poder
durante la primera y segunda presidencia de Perón quien lo encarceló.
Al respecto de la década infame Lebensohn sostenía que el radicalismo de entonces carecía de "ejemplos morales y coraje para hacer reformas vitales de justicia social, que afectan intereses económicos". Junto con los otros dirigentes juveniles del MIR, Lebensohn impulsó un programa transformador que adquirió forma en el V Congreso de la Juventud Radical en Chivilcoy, en mayo de 1942. Este programa, así como la Declaración de Avellaneda de 1945 y el del Congreso de 1944, fueron posteriormente (1948) incorporados casi totalmente como Bases de Acción Política de la UCR.
“La libertad de los pueblos no consiste en palabras, ni debe existir en papeles solamente. Cualquier déspota puede obligar a sus esclavos a que canten himnos a la libertad; y este canto maquinal es muy compatible con las cadenas y opresión de los que lo entonan. Si deseamos que los pueblos sean libres, observemos religiosamente el sagrado dogma de la igualdad. ¿Si me considero igual a mis conciudadanos, por qué me he de presentar de un modo que les enseñe que son menos que yo?” Moisés Lebensohn, (1940).
En Junín, como concejal,
tiene oportunidad de llevar a la práctica sus ideas municipalistas pues
considera al municipio una entidad fundamental para fomentar la participación y
el compromiso de la ciudadanía y para atender a sus necesidades de todo orden:
vivienda, educación, salud, servicios sanitarios.
Algunos de sus proyectos fueron: Empréstito
Municipal en Bonos de Obras Públicas, Junta Autónoma Municipal de
Abastecimientos, Usina Eléctrica Municipal (que funcionaría casi como una
cooperativa), Centro de Higiene Maternal e Infantil (se basa en informes de
Alfredo Palacios sobre mortalidad infantil y desnutrición), Junta de Asistencia
Escolar, entre otros.
En 1936 las empresas
ferroviarias Central Argentino y Pacífico acuerdan unificar sus estaciones.
Gracias a la rápida iniciativa de Lebensohn se ganan en el corazón de la ciudad
aproximadamente veinte hectáreas dejadas por la primera. El proyecto de
urbanización incluía la construcción de una avenida, campo de deportes, pileta,
utilización del edificio de la estación para el funcionamiento de una escuela
para niños débiles y un comedor escolar y se reservaba espacio para que la
Nación construyera una escuela normal y un colegio nacional y el resto para
parque.
En 1944 presenta un
programa en el que enumera las medidas necesarias para lograr la transformación
del país. He aquí algunas de ellas:
- Reforma agraria
inmediata y profunda que abra a todos los trabajadores del campo el acceso a la
tierra, transformándola de valor de renta y especulación en instrumento de
trabajo.
- Reforma educacional que
imponga la obligatoriedad de la enseñanza media (se adelantó sesenta años).
- Régimen de organización
y seguridad social que otorgue a todos los habitantes las perspectivas ciertas
de trabajo, de un standard de vida decoroso, de cultura y de un porvenir
liberado de las angustias de la desocupación, de la enfermedad, de la vejez y
de la incertidumbre sobre el futuro de los descendientes - Reforma financiera
que ubique el peso de la carga impositiva sobre las grandes rentas.
- Política destinada a lograr la unidad económica de los países vecinos y progresivamente con el resto de América, tendiendo a la cooperación económica mundial.
No cabe duda de que
Lebensohn advertía hacia dónde se encaminaba la evolución del país y del mundo.
Veía más allá.
Resulta paradójico que un
hombre, con una formación y cultura tan sólida y con tanta lucidez para
analizar los problemas políticos, sociales y económicos, no llegara a ser
diputado nacional a pesar de que integró en distintas oportunidades las listas
de la UCR.
Lebensohn era resistido
por muchos de sus propios correligionarios por sus críticas y denuncias
implacables. En venganza, algunos de ellos en ciertas secciones electorales,
aplicaban una artimaña denominada “borratina” por la cual se le restaban votos
y nunca pudo llegar a la Cámara a pesar de tener sobrados méritos.
Lebensohn supo acercarse
a hombres probos de otros partidos y supo también adecuar las propuestas según
las circunstancias, sin claudicar en los principios esenciales.
Hoy sería un interesante
y útil ejercicio analizar la realidad nacional e internacional a partir de las
ideas y propuestas de este pensador que, sorprendido por la muerte a los 46
años, dijo un instante antes: “No debo morir, hay tanto que hacer, hay que
luchar, luchar...”.
Era consciente de que su
tarea estaba incompleta y que aún tenía mucho para aportar.
Los ideales de libertad e
igualdad de hombres como Lebensohn deben ser reivindicados para que su sueño de
una sociedad más justa comience a ser realidad en un país como la Argentina,
que tiene suficiente riqueza como para que no haya ciudadanos en la indigencia.
Lebensohn, falleció el 13 de junio de 1953, a los 45 años de edad. Dijo Félix Luna: "Lo más importante de Lebensohn es la pasión que lo animó y la jerarquía que dio a la política como instrumento para mejorar la vida colectiva".
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